La cuarta revolución industrial, o también conocido por industria 4.0, viene marcada por la informatización y digitalización de todos los procesos de producción, a través de la interconexión de estos por redes locales o internet.
Desde la invención de la máquina de vapor en la primera revolución industrial, pasando por la producción en cadena de la segunda, hasta la proliferación de los sistemas electrónicos y las tecnologías de la información de la hoy en día, se espera que la industria 4.0 sea capaz de impulsar grandes cambios fundamentales.
Se trata de la aplicación de las tecnologías de la información a los procesos de producción. La nuevas fábricas permitirán una configuración más flexible, que de respuestas rápidas y eficientes a demandas más individuales del mercado. Todo ello sin disparar los costes operativos.
Además, toda la información derivada de los procesos de fabricación, estará disponible en tiempo real en todas las áreas que integran la empresa.
Integrando cada vez más sensores y capacidades de comunicaciones inalámbricas entre los sistemas industriales, las fábricas tenderán a manejar y almacenar gran cantidad de información derivada de sus procesos. El mayor desafío será contar con el software adecuado que analice y proponga mejoras reales en la eficiencia de fabricación y flexibilidad.
Ese gran diluvio de datos, deberá convertirse en información útil y valiosa. Aun así, las personas seguirán siendo esenciales gracias a su inteligencia y creatividad a la hora de transmitir las funciones.
+flexible +eficiente +visible =MAYOR PRODUCCIÓN & MENORES COSTES
Ya sea gracias a la producción virtual de productos, a la impresión en 3D de herramientas o al uso de robots interconectados, lo cierto es que la industria 4.0 es ya una realidad y se está empezando a aplicar sobre todo en los sectores de la automoción y la aeronáutica.
Más información en la página del ministerio de industria: http://www.industriaconectada40.gob.es